Una de las dietas más populares en los últimos años es la dieta de la hormona del embarazo o la dieta HCG, caracterizada por la presencia artificial de la hormona gonadotropina coriónica humana. Esta hormona en su estado natural, se encuentra presente cuando la mujer queda embarazada y sirve para mover las grasas del cuerpo con la finalidad de alimentar al feto.
La dieta HCG consiste en eso, en ingresar la hormona a nuestro cuerpo (sin un embarazo) y consumir un mínimo de calorías para que el organismo mueva los depósitos adiposos y sean eliminados; perdiendo peso de manera considerable.
Dicha dieta está en el ojo del huracán debido a los resultados y riesgos que conlleva; y el día de hoy hablaremos de ella desde un punto de vista de la experiencia personal de ésta autora.
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La dieta HCG ¿cómo funciona?
Bien, la hormona gonadotropina coriónica, como ya lo he mencionado antes, es una hormona que nuestro cuerpo produce por si solo cuando llega un embarazo; sin embargo puede ser vendida en forma de inyecciones o gotas para acompañar la dieta HCG.
Al inicio de la dieta te es indicado que consumas todas las grasas que puedas para tener una especie de “reserva” para todo lo que dura el proceso, pero durante la segunda fase tu dieta estará limitada al consumo de 500 calorías. Leíste bien, 500 calorías.
Si bien este número calórico que se debe consumir al día parece sacado de una película de terror, te preguntarás si el hambre no se apodera de ti. Pues teóricamente no, se supone que la HCG controla esos niveles de hambre, aunque personalmente puedo decir que ninguna hormona eliminará el hambre por completo.
Encontrarás muchos artículos en la web que te mencionan que no existe ningún riesgo con esta dieta; sin embargo si estás pensando en hacerla te he de advertir algunos de los efectos secundarios que ocasiona y que en lo personal me hicieron claudicar en el intento de continuar con ella. Obviamente todos los organismos reaccionan diferente, pero investigando a fondo comprobé que no era la única persona que lo había experimentado.
- Desajuste del ciclo menstrual.
- Sofocos, calor excesivo (derivado del desajuste hormonal)
- Mareos, náuseas, dolor de cabeza (derivado de la mala alimentación)
- Mínima pérdida de peso.
- Cansancio, alteración de ritmo cardiaco.
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- Incluso algunos pacientes llegaron a presentar formaciones de coágulos y embolia pulmonar.
No es la dieta milagrosa, HCG es una dieta restrictiva y mínima de calorías que altera nuestro metabolismo, provocará desnutrición, daños al organismo y efectos rebote. Además lamento informarte que según los especialistas, los resultados de la disminución de peso no se deben tanto a la presencia de la HCG si no a la restricción de alimento que tenemos.
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¿Vale la pena exponer nuestra salud? Con este tipo de dietas en lugar de tener un cuerpo saludable y fuerte, estaremos creando un organismo lleno de debilidad, vulnerable a enfermedades y desnutrido.
Haz ejercicio, en este sitio web encontrarás muchas opciones saludables para bajar los kilos de más y tener una alimentación ideal para ser una persona sana y con fortaleza. ¡Ánimo y olvídate de la HCG!